La situación en las calles de España no es como la de la República, y el Papa no ha hecho una afirmación en tal sentido. Por tanto, se ha montado un falso e hipócrita debate sobre verdades a medias y palabras fuera de contexto en el que está entrando, como de costumbre, gente moderada pero poco reflexiva. Porque lo que parece innegable para muchos, desde luego para un servidor, es la existencia de un clima de anticatolicidad inspirado por el Gobierno desde la llegada de Zp, inoculado a la sociedad por medios directos e indirectos y materializado tanto en decisiones de calado como en gestos demagógicos. Entre estos últimos, la patosa espantada de José Luis es un buen ejemplo. Y esa actitud SÍ tiene el mismo fundamento ideológico que el anticlericalismo de los años 30, porque los dogmas tienden a fosilizarse y, además, el PSOE ha convertido aquella época desgraciada en su particular Camelot.
BELISARIO
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