miércoles, 4 de agosto de 2010

PREMIO BARITERE 04 -08 - 2010

Un asesino gordito y amable




Hay que reconocer que la borrokada tiene una capacidad de movilización y una obsesión por escenificar las características de su pertenencia extraordinarias. Qué amistad, qué lealtad, ni los marines. Como buena secta, el ritual de la despedida del detenido lo ejecutan a la perfección. Es exactamente el mismo ritual mecanizado que nos regalan en todas sus comparecencias ante la justicia. Un ritual en el que sobreactúan abrazos y afectos para dar una impresión de grupo compacto. Son buenos. Hay que descubrirse, qué extraordinaria campechanía, que naturalidad más bien conseguida. El ritual en sí es marketing gregario, publicidad de grupo, una invitación a los solitarios: mira qué maravilloso grupo formamos, “¿no te apetece unirte a nosotros?” Están publicitando su secta. (Si encima, ese grupo pretende cierta continuidad a lo largo de la historia gracias a la cual te regala trascendencia e inmortalidad, la necesidad a la que se pretende dar respuesta entra ya en el terreno de la religión. “Te invito a participar en algo grande y eterno”. Ah, la lucha de los vascos.)



La secta de liturgia étnica ofrece muchas de las cosas que la gente busca: un curro relajado, amistad, pertenencia – todo por el mismo precio -, cierto sentido de inmortalidad, alubias con chistorra - lo que hace el paquete irresistible. Los medios de comunicación deberían no caer en la trampa y buscar una forma de ofrecer la información sin hacer apología de la pertenencia. Si no, todos los solitarios, los gilipollas, los débiles sociales en busca de amigotes… se nos van a hacer etarras, después de vestirse todos igual y ponerse un hula-hop en la oreja, claro.







Para: BENJAMINGRULLO



Podrán encontrar el resto de comentarios que participaron en la elección del Premio Baritere,las votaciones,el Gobierno y los primeros ciudadanos en:

La República Independiente de La Nueva tropa Santiaguera

1 comentario:

Neo... dijo...

Por:
Por clavar la realidad y por la perla de
-se nos van a hacer etarras, después de vestirse todos igual y ponerse un hula-hop en la oreja, claro.