Es la ley, estúpidos
PREMIO BARITERE 16 - 07 - 2011
Belosticalle dijo:
Gracias, don Feroz (5:16 pm).
¿’Mínima captura’, dice? Ferocérrimo amigo, las perlas siempre son menudas, y esta además es rara. Un aurresku con estornudo (‘¡achús!’, familiar y coloquial, por ‘¡Jesús!’)
El aurresku, entre todos nuestros bailes nacionales, se ha elegido como danza ritual de cortesía. Es de esas ‘tradiciones’ que el nacionalismo nos ha metido con calzador.
Debería reservarse para solemnidades, pero nos hemos vuelto tan solemnes, que se baila a troche y moche.
El bailarín único se planta delante de la autoridad o persona de respeto, y con toda campechanía le lanza por el aire la boina, como un platillo volante, a ver si la atrapa (como el torero la montera, pero mucho más aerodinámico, obviamente).
Una vez a pelo, el bailarín emprende sus evoluciones a base de saltos y enormes puntapies, con gran derroche de energía. Sigue un minué autoerótico delicuescente, que termina en ralentí extático con unas reverencias a los puntos cardinales.
El baile en sí, qué quiere que le diga: sólo los muy de esta tierra podemos contemplarlo sin asombro y sin soltar la carcajada, porque en realidad se trata de una pieza coreográfica cómica en su origen y sacada de contexto, con lo que la comicidad puede ser irresistible.
Figúrese, una vez asistí al funeral de un Sr. del PNV y le despidieron con un aurresku, lanzándole la boina, que el finado no pudo coger al vuelo (ni creo que lo intentó, no lo sé, la caja estaba cerrada).
Aurresku con estornudo (achurresku), habría sido el acabóse.
¿’Mínima captura’, dice? Ferocérrimo amigo, las perlas siempre son menudas, y esta además es rara. Un aurresku con estornudo (‘¡achús!’, familiar y coloquial, por ‘¡Jesús!’)
El aurresku, entre todos nuestros bailes nacionales, se ha elegido como danza ritual de cortesía. Es de esas ‘tradiciones’ que el nacionalismo nos ha metido con calzador.
Debería reservarse para solemnidades, pero nos hemos vuelto tan solemnes, que se baila a troche y moche.
El bailarín único se planta delante de la autoridad o persona de respeto, y con toda campechanía le lanza por el aire la boina, como un platillo volante, a ver si la atrapa (como el torero la montera, pero mucho más aerodinámico, obviamente).
Una vez a pelo, el bailarín emprende sus evoluciones a base de saltos y enormes puntapies, con gran derroche de energía. Sigue un minué autoerótico delicuescente, que termina en ralentí extático con unas reverencias a los puntos cardinales.
El baile en sí, qué quiere que le diga: sólo los muy de esta tierra podemos contemplarlo sin asombro y sin soltar la carcajada, porque en realidad se trata de una pieza coreográfica cómica en su origen y sacada de contexto, con lo que la comicidad puede ser irresistible.
Figúrese, una vez asistí al funeral de un Sr. del PNV y le despidieron con un aurresku, lanzándole la boina, que el finado no pudo coger al vuelo (ni creo que lo intentó, no lo sé, la caja estaba cerrada).
Aurresku con estornudo (achurresku), habría sido el acabóse.
BELOSTICALLE
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