lunes, 31 de enero de 2011

PREMIO BARITERE 31 - 01 - 2011

Los jóvenes, ¿tienen sed?


churruca dijo...
Comparto la reflexión de D. Yapoco. Dar positivo en un control de alcoholemia no implica estar borracho, sino rebasar un determinado límite de alcohol en sangre establecido. Y bien está que exista el límite y que se sancione a quien lo rebase, pero de ahí a transmitir la imagen de que el sancionado es indefectiblemente de un borrachuzo hay un largo trecho. Pero hay algo más.

Se habrán fijado que últimamente en el tratamiento informativo que se da a los accidentes de tráfico se incluye siempre el resultado de la prueba de alcoholemia del – supuesto- causante. ¿No han notado cierto alivio en quien da la noticia cuando el resultado de la alcoholemia es positivo?; como si dijese “he aquí la explicación de todo: el tío iba borracho”. Sin embargo, cuando el resultado es negativo nos lo dicen con cierto estupor. “Dio negativo en la prueba de alcoholemia”, dice el locutor, como si resultase inconcebible que alguien sobrio tuviese o provocase un accidente de tráfico. 

Sé que puede parecer algo anecdótico, pero para mí resulta muy significativo del clima que a base de estadísticas se está creando desde los centros de gobierno, en relación con la seguridad y la salud de los ciudadanos. Un clima agobiante y engañoso.

Si hace usted esto, y come, o no, esto otro, tiene un no sé cuantos por ciento menos de probabilidades de que le ocurra esto otro o de padecer tal o cual enfermedad. Este tipo de mensajes son constantes. Y transmiten la idea de que tanto nuestra seguridad como nuestra salud dependen de nosotros. Lo que es en buena medida cierto y falso a un tiempo. Porque el azar existe. Pero nos machacan con esa idea al punto que la gente reacciona con incredulidad cuando algún suceso se sale del patrón. Y del mismo modo que el locutor dice, con un punto de extrañeza, que el conductor del accidente dio negativo en el control de alcoholemia, los parientes del enfermo de cirrosis insisten en que no bebía; y los del de cáncer de pulmón en que no fumaba. Como si no terminaran de creerse ni el uno ni los otros que fuera posible que a alguien que se atiene a las instrucciones pudiera ocurrirle nada malo.

La idea de que siguiendo determinadas instrucciones de nuestras autoridades se conjuran ciertos peligros, con su fondo de verdad, está yendo, creo yo, demasiado lejos. Porque el mensaje de fondo, cierto, insisto, se refuerza a base de establecer categóricas relaciones causales: si haces lo que te decimos, estás a salvo; si no serás responsable de lo que te ocurra. Y eso es coartar la libertad de la gente con engaños.

Menudo tocho que me ha salido un lunes de buena mañana.
10:27 AM



CHURRUCA



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