¿Quién dijo que se había perdido la belleza literaria en el periodismo vasco y,-con perdón,-español?
El valiente gesto de los asesinos regionales vascos, zarpando sin ancla hacia aguas profundas y democráticasempieza a dar sus frutos.
Los pequeños duendecillos equidistantes abandonan sus escondites bajo las milenarias piedras para exigir reciprocidad en las trincheras: Puesto que los asesinos han dejado de matar, que los asesinados dejen de morir. ¡Arriba vaguetes, fuera de vuestras tumbas!
Virgen Santa, cuanto bobo y que dañinos son.
Para: PARMENIO
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La República Independiente de La Nueva tropa Santiaguera
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Puesto que los asesinos han dejado de matar, que los asesinados dejen de morir.
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